El otro día vi en Cuatro un episodio del programa Malas pulgas en el que Borja Capponi, o mejor dicho, Borja el Capullo se encarga de «adiestrar» perros a lo César Millán. Ante todo decir que César Millán SÍ que es un experto en perros y sabe tratarlos, a ellos y a sus dueños. Borja el Capullo no. Pasé vergüenza ajena viendolo, qué cojones, me entraron arcadas. Éste prepotente milhombres que afirma tener un «don natural para los perros» es como los malos médicos del siglo diecinueve, que creían que todo podía ser curado con el tabaco. ¿Un perro ladra en el coche? Es dominante; está claro. ¿Un perro que está gordo? Es dominante, ¿o no lo veis? ¿Un perro que muerde? ¡Cristalino: es dominante! Éste subnormal (con todas las letras) se cree tan bueno como el ya mentado César Millán o la adiestradora inglesa Victoria Stilwell, de los cuales ha cogido el testigo.
Éste gañán, que no tiene otro nombre, cree que la solución a todos los problemas de los canes son los tirones de correa y los golpes. Como habéis leído: sí, los golpes. No sé si me habré vuelto demasiado exigente en estos temas al haber visto demasiados episodios de buenos programas de psicología canina, pero… vaya. Juro que durante la hora que creo que duró el programa estuve deseando que algún día le tocase algún perro tan bravo de esos a los que da tirones o golpea por llorar (os lo juro, los perros lloraban y a él no se le ocurría nada mejor que decirle a la dueña -una tía con cara de malfollá impresionante-: «Toque; prohibido llorar») lo suficientemente inteligente como para arrancarle un dedo, y de paso la coleta. No sé si le pasaría algo al pobre animal en cuestión, pero yo haría mil y una manifestaciones de la hostia con tal de que no lo sacrificaran. Mas al contrario: pediría su canonización, exigiría una calle en mi ciudad con su nombre y lanzaría su candidatura para las generales del 2012. Porque con todo el respeto del mundo: los políticos de éste país no difieren mucho de un perro: al igual que ellos se chupan el culo unos a otros continuamente. Pero esas son otras historias.
En definitiva: que si adiestrar a un perro con un «don natural» consiste en darle tirones a mansalva y golpearles que venga Dios y lo vea. Pero mientras tanto tendremos que aguantarnos con este payaso de turno.
Ah, os dejo un razonamiento que he leído por la net. Es lo más interesante que he leido en todo el día:
flejo condicionado se basa en las dos fases del cerebro del perro:
– Condicionante (palabra corta, breve (aquí se ha repetido) y fuerte
+
– Estímulo negativo (tirón de correa)
La técnica de tirón es IMPORTANTE que te expliquen cómo se hace
SU INTELIGENCIA INSTINTIVA NATURAL pasrá a un segundo plano si su INTELEGENCIA FUNCIONAL está bien hecha.Firmado Borja
______________________________________________MORALEJA:
Un hombre llega a una casa amenazando y gritando (empieza no siendo ya estímulo neutro), coge una correa de ahorque y se dirige hacia él en una actitud total de dominancia (estímulo incondicional) esto provoca al instante una respuesta innata en el perro (miedo, respuesta incondicionada). A través de un proceso asociativo, solo su presencia, se convierte en un estímulo condicionado, capaz de generar una respuesta condicionada similar a la incondicional, vamos: cada vez que este Sr. llegue a esa casa, el perro de forma automática se pondrá tembloroso, con mucho miedo y se cargará de estrés, por lo que aprenderá a defenderse ante tal amenaza. A todo esto él le llama “Inteligencia funcional”
En el Condicionamiento Operante (que vendría después) : En este tipo de aprendizaje refleja el hecho de que el animal opera o actúa de acuerdo con el entorno para producir un efecto. El efecto producido determinará si el animal ejecuta de nuevo una respuesta o si continúa comportándose como antes.Pues ahora juzguen ustedes mismos… ¿ Cuál es el tipo de condicionamiento que utiliza ?
SI FUERA EN PERSONAS NOS QUEDARÍA UNA IMAGEN Y PENSAMIENTO MUY CLARO EN NUESTRA CABEZA:
-¡¡ LA PRÓXIMA VEZ TE ESPERO… PREPÁRATE !!
– ¡¡ EL QUE DA PRIMERO DA DOS VECES !!
No sé vosotros, pero si a mi casa viniera un gañanazo como el Borja este y tratara a mi perro como trata al de las familias que han salido en TV (que vaya familias, he de decir) ÉL Y YO ACABÁBAMOS DÁNDONOS DE HOSTIAS. Eso sí, después de que mi padre le diera lo suyo, porque viendo el programa le cogió unas ganas terribles.